Ciudad medieval de Carcassonne

sábado, 21 de mayo de 2011

EL PUNTO DE VISTA DE VIOLLET LE DUC

En líneas generales: “racionalista”, pero, al contrario que Laugier , tendía a valorar más los ejemplos medievales que los clásicos, aduciendo que los primeros mostraban pruebas de una expresión más “honrada” de los materiales y la construcción. Viollet se sentía muy afectado por la incapacidad del siglo XIX opara encontrar su propio estilo y entendía que la respuesta debía hallarse en la creación de formas “verdaderas respecto al programa y verdaderas respecto a los métodos de construcción”. En sus Entretiens sur l’architecture (1863-1872) declaraba:
“En arquitectura hay dos modos necesarios de ser verdadero. Hay que ser verdadero respecto al programa y verdadero respecto a los métodos de construcción. Ser verdadero respecto al programa es satisfacer, con exactitud y sencillez, las condiciones impuestas por la necesidad; ser verdadero respecto a los métodos de construcción es emplear los materiales de acuerdo con sus cualidades y propiedades (…); las cuestiones puramente artísticas de la simetría y la forma aparente son sólo condiciones secundarias en presencia de nuestros principios dominantes.
Viollet Le duc fue siempre un poco impreciso en cuanto a la naturaleza de estas “verdades” y solía suponer (a menudo erróneamente) que la llamativa excelencia de las gandes obras el pasado se debía principalmente a su capacidad para expresar las “verdades” programáticas y estructurales de su propia época. Así aunque estaba comprometido con una visión poco definida de una nueva arquitectura, creía no obstante que el pasado podía ser útil para descubrir este nuevo estilo; imaginaba incluso una situación en la que uno de los proyectistas de las grandes catedrales góticas hubiese resucitado y se hubiese enfrentado con un problema y unos medios de construcción modernos; y alegaba que el resultado no habría sido un edificio gótico de imitación, sino uno auténticamente moderno basado en procedimientos intelectuales análogos. Así pues el pasado no debía ser asaltado para utilizar sus efectos externos, sino para aprovechar sus principios y procesos subyacentes.
Es bastante probable que muchos de los arquitectos notables de periodos anteriores hayan sabido siempre que el pasado debe entenderse por sus principios, pero ellos habían tenido la orientación de una fase estilística predominante, de un lenguaje arquitectónico común al que incorporar sus procedimientos. Viollet Le-Duc perfiló un método de indagación para el análisis intelectual de los precedentes, pero no pudo hacer mucho para aportar el imprenscindible “salto a la forma”. Su imaginación no era tan fuerte como su intelecto, y los edificios y proyectos que dejó tras él eran combinaciones irregulares de imágenes antiguas y métodos constructivos modernos, que solían reflejar su gusto subyacente por las construcciones medievales. En su obra había muy poco de ese sentido de la “unidad inevitable”-de una parte ligada a otra en un sistema ordenado pero intuitivo-que distingue al verdadero sentido del estilo.
Si las formas de Viollet-Le-Duc contribuyeron poco a resolver el problema de una arquitectura moderna, sus ideas siguieron vivas y llegaron a tener una influencia enorme en los “pioneros” de la arquitectura moderna, que alcanzaron su madurez en las décadas posterior y anterior a 1900. Viollet-le-Duc otorgó una nueva categoría a las formas vernáculas y fomentó el estudio de los ejemplos prerrenacentistas, que a menudo  se veían a finales del siglo XIX, como indicadores de entidades “verdaderas”, nacionales o regionales; también aportó una poderosa tendencia en contra de los peores excesos de las enseñanzas beaux-arts, a las que acusaba (no siempre justamente) de desviarse en la dirección del academicismo. Y lo más importante: Viollet-Le-Duc confirmó la idea de que el gran estilo de los tiempos modernos surgiría de alguna manera a partir de las nuevas técnicas constructivas-y no a través de unos experimentos formales meramente personales- al igual que habían hecho los grandes estilos del pasado.