Ciudad medieval de Carcassonne

sábado, 21 de mayo de 2011

UN GRAN EJEMPLO...

SULLIVAN :
Armado con ideas derivadas de Viollet le Duc, Semper, Greenough y otros, SULLIVAN solía observar la situación en términos orgánicos, lo que significaba que la función debía tener una entidad inherente y específica en lucha por lograr una expresión honrada y directa; describía los problemas del edificio Reliance de Hudson Burham, de un modo pragmático (una porción inferior para las tiendas y la entrada, una entreplanta, un apilamiento repetitivo de oficinas, un espacio para la maquinaria de los ascensores en lo alto, un núcleo para la circulación vertical y un entramado para la estructura)…

VICTOR HORTA (Mansión Tassel, Bruselas, 1892-1893)
El énfasis en el uso directo de un material moderno e incluso la inspiración en las formas naturales para los ornamentos metálicos recuerdan lo experimentos en hierro de Viollet-Le Duc, mientras que la expresión de los efectos de crecimiento y tensión traen a la mente el interés coetáneo por la empatía, y la fascinación por las analogías orgánicas.

HECTOR GUIMARD  (Francia, 1867- 1942)
Al igual que Horta, Guimard había pasado por la academia, habiendo estado en la École des Beaux-Arts de París desde 1885 hasta principios de la década de 1890. En la École Des Arts Décoratifs, de 1882 a 1885, ya se había familiarizado con el racionalismo gótico de Viollet Le Duc, que después había intentado reinterpretar de una forma extremadamente personal. En 1898, escribió que “tan sólo había aplicado las teorías de Viollet Le Duc, sin quedar fascinado por la Edad Media”.

GAUDI 
… “Así pues, Gaudi era mucho más racionalista de lo que su obra nos llevaría a pensar tras un examen superficial, y las secciones de su Iglesia pueden compararse no sólo con las catedrales góticas, sino también con algunos dibujos de esqueletos hechos por Viollet Le Duc”.

Sagrada Familia- 1884


Capilla de la Colonia Guell 1898
AUGUSTE PERRET Y EL HORMIGÓN ARMADO
Buscó una disciplina formal en las limitaciones y las posibilidades creativas de los nuevos sistemas constructivos, especialmente el hormigón armado, en la creencia de que conducirían a unas formas arquitectónicas genuinas de calidad duradera.
Esta última noción prodecía, desde luego de las ideas de Viollet Le Duc, que había infulído en parte en la capacidad inventiva estructural del Art Nouveau. Ya se ha señalado que sus teorías eran a veces excesivamente mecánicas, pero que causaron un impacto inmenso en quienes entendían, a principios del siglo XX, que un lenguaje basado en “la verdad respecto al programa y la verdad respecto a los métodos de construcción” podía ser el mejor antídoto contra el historicismo académico por un lado, y los caprichos personales, por otro. Hay quye mencionar aquí el papel de la tradición ingenieril den siglo XIX que ya había puesto de relieve las posibilidades de las nuevas formas con nuevos materiales, y que el propio Viollet Le Duc había destacado, en contraste con los lenguajes muertos de los arquitectos.
(…) los ingenieros navales y los constructores de máquinas, cuando construyen un barco de vapor o una locomotora, no tratan de recordar las formas de un barco de vela de los tiempos de Luis XIV ni de una diligencia enjaezada, sino que obedecen ciegamente los nuevos principios que les vienen dados y producen obras que tienen su carácter propio, que tienen su estilo(…)
Uno de los efectos de las opiniones de Viollet Le Duc fue fundar una tradición de la historia de la arquitectura en la que se iba a sobrevalorar el papel de los aspectos prácticos en las grandes obras del pasado. Así Auguste Choisy, en su histoire de l”architecture (1899), hablaba de la arquitectura gótica como “el triunfo de la lógica en el arte”, cuyas formas estaban “gobernadas no por los modelos tradicionales, sino por su función y sólo por su función”.
En cierto sentido, tanto Viollet Le Duc como Choisy estaban proyectando hacia atrás los valores de los ingenieros del siglo XIX. Los asombrosos efectos de ligereza y transparencia visuales de edificios como el Crystal Palace (1851) de Paxton, o las naves del mercado de Les Halles en París (1853) de Víctor Baltard, parecían remitirse de hecho a una juiciosa atención a las exigencias de l programa y la estructura; pero estos edificios de hierro y las posteriores construcciones utilitarias de acero ¿constituían una nueva arquitectura?.